La Biblioteca Estelar

miércoles, 16 de mayo de 2012

La nada que desaparece por El Borrego

La nada desaparece en el umbral de la puerta que se cierra, justo en la esquina de aquel viejo barrio donde todos mis amigos y enemigos convergen.  Una libélula extraviada revolotea por los rincones de esa habitación en la cual el antiguo carcelero de la severa guerra libertina, decidió posar su cuerpo en búsqueda de la nada.

Y entonces la nada, aparece, ufana y decidida, da unos pasos colosales frente al teatro "Vida y Fuerza" que está en la avenida "S", allí los asistentes de la obra contemplan las luces inmaculadas de la marquesina e inventan breves diálogos para pasar el rato.  La nada rocía de lluvia la calle y el temblor de los vehículos retumba en las alcantarillas que protegen al mundo de la inmundicia y dan un retoque grisaseo  a la lontananza urbana.

Un señor de edad fuma un cigarrillo y se tapa con su abrigo al pasar por la pasarela cotidiana, la nada se engalana de fotografías incesantes, incansables, por una ventana, chicos alegres miran sin cesar la imagen misma de la imagen, y se reflejan en ella, babeando saliva diáfana de popularidad detenida.  La nada se revuelca en la nada y todos se regocijan en su felicidad inventada.

La brevedad que valiente se postra en los anales de la humanidad, se pone de pie y sonríe a la eternidad, los fragmentos se unen como un rompecabezas celestial para dar vida a la verdad, la misma que construye la naturaleza y reta al tiempo.  La nada que desaparece en el umbral del hueco donde el agua cae hacia el centro del universo.  La libélula se encuentra de nuevo y vuela firme.  

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